Translate

miércoles, 18 de junio de 2014

Mi desapego a la pedofília



Tratar de entender por qué la sociedad y los medios indirectamente se sientan atraídos por todo lo que encierra la pedofilia, y con estas manifestaciones, le asignen una importancia relevante, va más allá de mis creencias, de mi propia razón, de mi forma de ser y actuar.


Buscando en mi interno, tengo la convicción que uno de los retos de mi vida que de seguro no asumiría, bien sea por responsabilidad, tal vez por temor a mis humanas reacciones ante lo inconcebible e injusto, sería estar sentado junto un pedófilo. Escuchar sus relatos, sus razones y experiencias por las cuales ha llegado hasta ese punto de su vida. Asumir como reales sus justificaciones para violentar la inocencia de un ser.

Leer artículos en las portadas de los medios ese material en el cual el contexto principal es la entrevista a un pedófilo, me resulta difícil, indigerible, diría. ¿Por qué no darle otro enfoque? Por qué el tema o la noticia no rescata el lado humano sin caer en el sensacionalismo. ¿Qué sienten las madres y los padres de familia de un niño abusado al leer la versión del victimario?

Mi vida me la he pasado en el otro costado de los medios, donde son hechos, pensados, discutidos. Entiendo, como todos, tal vez, la necesidad de presentar los dos lados de la historia. Pero, cuánto de humanidad, de objetividad hay en explicar la irracionalidad. Para no repetirla. Para evitarla.

La piel de humanidad va cayendo a pedazos en el camino. Las personas se acoplan con mayor facilidad a esa realidad brutal, que repetida día a día, termina anestesiando la conciencia general con historias impensables desde lo humano.

En diciembre pasado, en twitter leí que miles de pedófilos intercambiaron vía a internet material pornográfico infantil. Era una suerte de celebración, la undécima, que los pedófilos recuerdan su día. Esas personas tendrán hijos, son padres. Al menos, vienen de ellos. Hay sobrinos, nietos, hermanos pequeños, recuerdos de una niñez… En qué momento de sus vidas, su condición humana se insensibilizó al punto de abstraerse de ello.


Una revista española presentaba por esa misma época que durante el día de celebración hay lugares en los que los pedófilos van dejando en espacios públicos velas azúles con notas anónimas en las que explican las razones que los llevan a ser tales. Durante los meses de mayo, junio y diciembre, las cifras de circulación del material pornográfico infantil en la red aumenta.

La misma publicación española presenta cifras. Estados Unidos es el país que más pornografía infantil en red consume, seguido por España y México. Los tres tienen poblaciones hispanohablantes y de un considerable desarrollo de la tecnología e internet. Pesa la influencia del desarrollo de la tecnología o de la mala utilización de las herramientas tecnológicas que son de fácil acceso y no tienen un filtro previo para controlar éste tipo de acciones.

Y la Ley… En nuestro país, tercermundista y todo, existe una legislación fuerte a la hora de castigar la pornografía y el abuso infantil. Es de suponer que esos países, tal vez con un mayor desarrollo en otros campos, pudieran haber alcanzado niveles superiores en el control de situaciones como esas.

No estamos hablando entonces de un mero tema legal. Estamos frente a un tema de erosión de la propia condición humana. Como observarse entonces que un adulto pudiera encontrar sexualmente atractivo a niños de meses, apenas años de nacido.

No deja de ser preocupante el hecho que la sociedad todavía no tome conciencia del problema. La hambruna en África ha merecido conciertos masivos para concienciar del problema a la humanidad. El holocausto judía ha provocado el derrame de ríos de tinta para mantenerlo vivo entre las nuevas generaciones. Los gobiernos del mundo destinan millones de dólares para alcanzar, al menos en folios legales y tribunales, la tan mentada equidad de género.

Por qué esa misma impetuosidad no se da para proteger la inocencia del asecho de esas mentes deshumanizadas, enfermas tal vez, irracionales. No sirve de mucho mostrarlas en portadas y revistas. No se puede entenderlas con apenas escribir dos páginas sobre ellas. No sirve de nada entenderlas. A menos que el interés no esté en prevenir, sino dibujar ese escenario que tanto atrae, que tanto vende entre el morbo y el subconsciente de la masa.
(Este es un ensayo que tiene mucho significado para mi , porque lo hice para mi mejor amigo , el que creía que iba a ser mi compañero de vida ideal ... "sereno y maduro")
                                                                                                                                        Por : Emilia

No hay comentarios:

Publicar un comentario